La palabra cenote proviene del término maya ts'ono'ot o dzonot, que significa "caverna con depósito de agua". Se alimentan principalmente por la filtración de agua de lluvia y la conexión con corrientes subterráneas, lo que garantiza su frescura y pureza.
Existen tres tipos principales de cenotes: abiertos, semiabiertos y cerrados, cada uno con su propio encanto y características únicas. Además de su impresionante belleza natural, los cenotes fueron considerados lugares sagrados por la civilización maya, quienes realizaban en ellos rituales y ceremonias, incluyendo sacrificios humanos en algunos casos.
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